Presencia sanestebeña en la manifestación de Valladolid

lunes, 24 de marzo de 2025
COMARCA - Un grupo de San Esteban de Gormaz estuvo presente el sábado en la manifestación que, bajo el lema 'No es progreso, es destrucción', estaba convocada por los movimientos vecinales, en contra de las macrogranjas y plantas de biogás

El 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, y con motivo de esa celebración se desarrolló en Valladolid una manifestación multitudinaria, bajo el lema 'No es progreso, es destrucción', convocada por los movimientos vecinales de las nueve provincias de Castilla y León, en la que participaron decenas de Sorianos, entre ellos sanestebeños en contra de la planta de biometano que se pretende instalar en la localidad y contra la que han firmado numerosos vecinos a través de Change.org y que ya ha superado las mil firmas.

Los manifestantes realizaron una performance en la CHD simbolizando el agua contaminada que hay en muchos pueblos y se leyó un manifiesto que reproducimos a continuación.

Para cerrar el acto, Fernando Valladares intervino explicando por qué no a las macrogranjas y macroplantas de Biogás.

Este es el manifiesto:

Nuestra tierra, nuestros pueblos, nuestra agua y nuestra salud están en peligro. Las macro-granjas y macro-plantas de biogás que están proliferando en nuestra región no traen ni bienestar, ni empleo, sólo contaminación, sobreexplotación, sufrimiento y destrucción. Son un modelo insostenible y un gran coste ambiental natural, social y económico.

Las macro-granjas y macro-plantas de biogás están provocando:
? Un uso desmesurado y privativo del agua: una sola macro-granja puede consumir más agua que un pueblo entero. En zonas donde la sequía ya es un problema grave, estas instalaciones agravan la escasez y ponen en peligro el acceso al agua potable, un derecho humano esencial.
? Contaminación del suelo y del agua: los purines y digestatos, residuos generados por la ganadería industrial y las macro-plantas de biogás, contienen gran cantidad de nitratos y otras sustancias nocivas (antibióticos, hormonas, metales pesados, etcétera) que se vierten al suelo y contaminan los acuíferos, provocando que en muchos pueblos no se pueda consumir el agua del grifo.
? Deterioro de la calidad del aire y la salud: las macro-granjas y macro-plantas de biogás generan gases contaminantes como metano, amoníaco, dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno. Su impacto en la salud es devastador, causando un aumento alarmante de enfermedades crónicas y reduciendo la esperanza de vida. Además, estos gases aceleran el calentamiento global e intensifican los fenómenos meteorológicos extremos.
? Falsas promesas de empleo y desarrollo: nos mienten cuando dicen que estas industrias crean riqueza. La realidad es que destruyen más empleo del que generan y no fijan población. Es más, destruyen otras actividades, como la ganadería extensiva, el turismo y la vinicultura, que han sustentado a nuestras comunidades durante siglos.
? Despoblación y pérdida de calidad de vida: los malos olores, la contaminación y la falta de oportunidades hacen que vivir en nuestros pueblos sea cada vez más difícil. La implantación de estas industrias sólo acelera el abandono y la despoblación del medio rural.
? Degeneración de los pueblos en vertederos de la comarca y en territorios de sacrificio: los pueblos en los que se instalan las macro-plantas de biogás, debido al desmesurado tamaño de éstas, se convierten en auténticos basureros, con tránsito constante de camiones de alto tonelaje, llenos de residuos que nadie quiere (purines, lodos de depuradora, restos industriales y de mataderos, cadáveres animales y un largo etcétera), traídos desde muchos kilómetros de distancia. Y además, atraen a más macro-granjas.
? Una sinergia macabra, que lejos de resolver el problema, lo intensifica y perpetúa un modelo de ganadería industrial insostenible: el digestato de las macro-plantas de biogás es un residuo peligroso que contiene la misma cantidad de nitrógeno que los purines, pero  además otros elementos altamente contaminantes del agua, el suelo y el aire. No puede ser considerado como abono adecuado para las tierras de labor.
Categóricamente no es abono, es veneno.
La realidad en Castilla y León:
Las administraciones públicas -Consejería de Sanidad, Consejería de Medioambiente y Confederaciones Hidrográficas- están permitiendo este saqueo de nuestros recursos, aprobando proyectos sin control ni transparencia.
En Castilla y León, hay en trámite más de 101 proyectos de macro-plantas de biogás (multiplicando por 33 las existentes y con posibilidad, según el sector gasista, de imponer hasta 520), 81 expedientes de nuevas macro-granjas (disparando la población porcina, que ya es actualmente casi el doble que la población humana) y otras tantas plantas de hidrógeno. Todo esto sin planificación, sin estudios ambientales rigurosos y lo más importante, sin tener en cuenta a la ciudadanía.
Cada nueva macro-granja o macro-planta de biogás aprobada, es:
? un golpe a nuestra tierra, un peligro para nuestra agua y una amenaza para nuestra salud.
? un mazazo para la convivencia social en los pueblos. Son sufrimiento y provocan disrupción social.
Están convirtiendo “Castilla y León, Excelente” en “Castilla y León, Pestilente”. Son nocivas se pongan donde se pongan y acaban repercutiendo a tod@s. La realidad es que capitales privados se apropian de los recursos y fondos públicos, pero toda la ciudadanía sufre y costea todos los problemas sociales, ambientales y económicos que estas macro-industrias generan. Por el momento, la región es líder en turismo rural a nivel nacional y una referencia internacional con multitud de IGP (Indicación Geográfica Protegida) y DOP (Denominación de Origen Protegida), lo que demuestra la calidad de sus productos: vinos, quesos, legumbres y otros, que pertenecen a sectores económicos fundamentales, que sí producen riqueza real, local y puestos de empleo, pero con un futuro en peligro seriamente amenazados por las macro-granjas y macro-plantas de biogás.
Reclamamos urgentemente:
1. Apuestas reales por modelos sostenibles de ganadería extensiva, agricultura que regeneren la tierra, el agua y la forma de alimentarnos saludablemente, energías renovables de autoconsumo con modelo distribuido, que verdaderamente fomenten la economía local, el arraigo y el amor al territorio, en vez de su destrucción.
2. Para las macro-granjas que ya están funcionando y contaminando, una legislación mucho más estricta con medios para hacerla cumplir. Basada en criterios científicos y técnicos, redactada pensando en las generaciones futuras y aprobada por democracia participativa de las y los habitantes de los pueblos.
3. Que dejen de asediar a nuestros pueblos. Que nos dejen vivir. Nos unimos el día 22 de marzo, en el Día Mundial del Agua, para defender un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos, el agua limpia. No queremos que intereses ajenos a nuestra comunidad destruyan nuestro futuro.

Aclamamos:
¡Los pueblos de Castilla y León no están en venta!
¡No macro-plantas y no macro-granjas!
¡Amamos a nuestros pueblos. Agua, vida y salud!
¡No macro-plantas y no macro-granjas!
¡Pueblos vivos, campos sanos!
¡No macro-plantas y no macro-granjas!
¡Por un futuro sano!
¡No macro-plantas y no macro-granjas!
¡Nos dejan sin tierra, sin agua, sin futuro!
¡No macro-plantas y no macro-granjas!
¡Por una Castilla y León rural saludable!
¡No macro-plantas y no macro-granjas!
¡El agua es vida. Por el futuro de nuestros pueblos!
¡No macro-plantas y no macro-granjas!
¡La tierra que nos da vida no se vende, se defiende!
¡No macro-plantas y no macro-granjas!
¡Luchemos por nuestro territorio!
¡No macro-plantas y no macro-granjas!
¡NO ES PROGRESO, ES DESTRUCCIÓN!
¡NO MACRO-PLANTAS Y NO MACRO-GRANJAS

Informa Ana Hernando
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