San Esteban de Gormaz, municipio castellano de 3.064 habitantes (año 2014), situada al oeste de la provincia de Soria a 859 metros sobre el nivel del mar en le que han tenido lugar acontecimientos de destacada relevancia debido a su situación estratégica a orillas del río Duero, frontera natural entre las tierras musulmanas y cristianas en tiempos remotos.
Villa declarada Conjunto Histórico-Artístico, por Decreto de la Junta de Castilla y León 199/95, cuya trascripción es del tenor literal siguiente:
"Debido a su importante romano, conserva, empotrados en los muros, restos muy abundantes de epigrafía romana, funeraria y religiosa, y vestigios medievales de iglesias y fortificaciones. Repoblada por el Conde de Castilla, Gonzalo Fernández, en el 912, fue una de las llamadas Puertas de Castilla, y durante el siglo X campo de numerosas batallas por su singular importancia estratégica en la línea defensiva del Duero, surgiendo como plaza fortificada, con un núcleo compuesto por un castillo emplazado en la cima de un cerro o colina, dominando la aldea civil, que se apiña dentro de sus propias fortificaciones. San Esteban se configura por tanto como "burgo" que toma un modelo de crecimiento orgánico, adaptado a la topografía del territorio: calles principales interiores al recinto amurallado dispuestas longitudinalmente en la falda del cerro, y vías transversales con acusada pendiente".
San Esteban de Gormaz, cuenta además con dos edificios declarados Bien de Interés Cultural: la Iglesia Románica de San Miguel, del Siglo XI, y la Iglesia de Nuestra Señora del Rivero, también románica, del siglo XII.
La primera fue construida en 1081, lo que la convierte en la primera iglesia románica porticada de la provincia y una de las pioneras de dicho arte en Castilla y León.
La segunda, es el templo de mayor devoción en la Villa, merced a su venerada Virgen del Rivero. El inmueble se ubica en un altozano que domina desde su pórtico toda la ribera del Duero (de aquí su nombre). Se construyó en la primera mitad del siglo XII y fue ejecutado en el mismo estilo y estructura que San Miguel.
La Plaza Mayor de la villa tiene forma cuadrada y la integran un conjunto de edificaciones porticadas. En la fachada occidental, encontramos el edificio del Ayuntamiento, reconstruido en la década de los 90. El inmueble fue levantado a imitación de otro que ocupó con orgullo el mismo lugar en la Villa, desde 1629 hasta 1.966, año en el que, sin mucho acierto, fue sustituido por otro más moderno y, a la vez, menos acorde con el entorno. En 1.994 la duquesa de Alba (condesa de San Esteban) inauguró el actual Ayuntamiento, que devuelve a la plaza el esplendor perdido. En la entrada del ayuntamiento podemos observar un placa que conmemora tal evento. El ayuntamiento lo corona un pequeño campanillo sobre el reloj que, aún en la actualidad, toca las horas como se hacía antaño.
Destacan igualmente los soportales de la Plaza Mayor y alrededores, elementos catalogados como de interés histórico o arquitectónico que deben ser protegidos, según se dispone en el anexo de las Normas Subsidiarias Municipales de Planeamiento aprobadas en 1.995. Con carácter general, los soportales de la Plaza Mayor se caracterizan por ser un lugar de encuentro y reunión para todos los vecinos, pero sobre todo para aquellos que no tienen su domicilio en esta Villa.
El Arco de la Villa, considerado como uno de los principales accesos actuales a la Plaza Mayor, fue la puerta de entrada de la antigua muralla; en su parte posterior conserva un escudo con las armas de Don Diego Y López Pacheco el Grande, que fuera conde de San Esteban (1501-1529).
Destaca, el Puente Medieval. Este largo puente de piedra que cruza el Duero con sus dieciséis ojos es, sin duda, uno de los elementos que decisivamente marcó la Historia de San Esteban de Gormaz, al ser uno de los pocos pasos que cruzaba el río Duero en el medievo, la frontera entre los reinos cristianos y al Andalus. Seguramente se fundamenta en otro de origen romano y que, merced a su importancia, ha sido continuamente reparado y conservado por los sanestebeños a lo largo del tiempo, según las exigencias del momento.
La Calle Mayor es el verdadero eje que articula no sólo todo el Conjunto Histórico-Artístico sino también el primer ensanche de la Villa en su prolongación por el Este. Atraviesa lateralmente la Plaza Mayor y continúa con las galerías porticadas en dirección Oeste. A lo largo de la calle, se reconocen las casas más ilustres de la Villa, con edificios blasonados con escudos pertenecientes a familias nobles. Destaca el conocido Cuartel Viejo (utilizado como cuartel de la Guardia Civil en la primera mitad del siglo). En su fachada, se reconocen, además del escudo, diversas lápidas romanas y un sillar decorado visigodo.
Las fortificaciones han jugado un papel muy importante a lo largo de la historia, en la forma de vida de las gentes que las habitaban. La fortaleza de San Esteban, islámica en su origen y reconstruida por castellanos, fue calificada como "inaccesible a los combatientes más audaces". La ubicación de San Esteban en la ladera Sur del cerro está impuesta por el medio físico que sus primitivos habitantes aprovecharon al máximo. Su situación en pendiente posibilita la defensa de la población que en ella moraba, teniendo como último recurso protector la cumbre próxima.
Importante es también la ubicación del mercadillo semanal en el entorno de la Calle Mayor, si bien su situación concreta es en la Placituela (Plaza Mola), tratándose de un mercadillo con enorme vida comercial al que acuden semanalmente más de veinte puestos diferentes y que incluyen, entre otros, los siguientes sectores: alimentación (frutas y verduras), aceitunas, golosinas, calzado, ropa, cassettes musicales, herramientas, flores, lámparas, juguetes, ... La actividad comercial en este día de mercado es muy variada, ya que se desplaza la mayoría de los habitantes de los pueblos que integran el municipio para poder realizar sus compras.
Concluyendo. La situación topográfica de esta encantadora Villa, su hermoso puente romano, su buena comunicación, junto con el mercado semanal, la riqueza de su suelo y el trato afable y hospitalario de sus moradores hace que la pintoresca villa sea el centro comercial e industrial de toda la comarca, que le guarda los honores y consideración de hermana mayor.