Después de seis días intensos de fiesta en honor a Don Carnal, ayer el cielo se puso en contra de los sanestebeños en la noche del Martes del Carnaval, cuando comenzó a llover unos minutos antes de la salida de la Sardina y la Pequesardina de la Plaza Mayor. Pero eso no amilanó a los sanestebeños que siguieron adelante con su programación festiva y acompañados por la música de la Salmonete Band condujeron ambos símbolos carnavaleros hasta la Placituela para reducirlas a cenizas.
Con un desfile más corto para los niños de la EEI La Alameda que desde la Plaza Mayor fueron directamente a la Placituela, mientras que los mayores rodearon unos metros más con la gran Sardina elaborada por los alumnos del CEIP Virgen del Rivero bajo las instrucciones de Vidal Lamata y Ana Moreno, que desde hace 31 años llevan creando este elemento, ambas se juntaron en su entrada al centro de la Placituela. Y allí Adriana Palacios fue la encargada de quemar la Sardina, después del sorteo que se realizó en la presentación de los actos y ver como, a pesar de estar mojada y de la lluvia que caía la Sardina quedó reducida a cenizas. Para superar este dolor de despedir el Carnaval, la asociación de pensionistas San Miguel y el Ayuntamiento ofrecieron una chocolatada que hizo las delicias de los asistentes que respetaron una larga cola para degustar este rico dulce.
Se despide así un Carnaval que comenzó, como cada año con la celebración del Jueves Lardero en las bodegas ribereñas y que continuó con el traslado de la Sardina en la mañana de viernes para despedir la jornada escolar y después con la presentación de la Sardina y el pregón el Viernes de Carnaval, después de haber realizado un taller en la biblioteca municipal.
El sábado, también con la lluvia como protagonista, los quintos del 25 ofrecieron en la Placituela su tradicional pancetada y chorizada y la fiesta se trasladó por la noche a la carpa con la Disco móvil Cubic. El domingo la carpa acogió también la fiesta infantil promovida por el Ampa del colegio.