Con la mirada puesta en el cielo porque las nubes negras presagiaban estropear la fiesta, los vecinos de Villálvaro y Zayas de Báscones celebraron el sábado el tradicional intercambio de la Virgen de las Lagunas, una talla mariana que custodian entre ambas poblaciones durante todo el año y que con la llegada del verano regresa al que fuera su templo, la iglesia románica restaurada hace unos años.
Ayer la Virgen salió de Zayas de Báscones, donde los vecinos ofrecieron a los de Villálvaro pastas y moscatel al llegar a recoger la Virgen, antes de iniciar el viaje de regreso a la zona de la ermita, del antiguo despoblado de las Lagunas, donde se vivió esta fiesta que es un símbolo de unión y amistad entre ambas poblaciones.
Recibida la Virgen con la música de la charanga local De Pura Cepa, la imagen fue conducida por los fieles hasta el interior de la iglesia románica, donde se celebró la Eucaristía. Tras la misa, se realizó la comida campestre en la zona del carril y después se trasladaron todos con la imagen hasta la iglesia de San Mamés, donde la Virgen de las Lagunas descansará hasta que terminen las vendimias, fecha en la que volverá a Zayas, puesto que ambos pueblos la comparte en esta peculiar custodia, desde que hace años el templo románico amenazara ruina y se sacara la talla mariana para protegerla de cualquier robo o destrozo.
Este año el intercambio se ha producido unos días más tarde de lo habitual y ha permitido abrir un calendario intenso en Villálvaro, en el que no faltará la cata de vino artesanal y las fiestas en honor a San Pedro.