Carlos Aranda cuenta con un nuevo poemario que, en esta ocasión, rinde homenaje a una tierra que siente y vive a su alrededor cada día: la Ribera del Duero, a través de un proyecto personal que traslada a papel y a verso cada gota del vino que se elabora en la bodega Aranda de Vries. Porque, como explica el autor este libro ejemplar nace para “celebrar y memorizar la apertura de la bodega” y por eso en sus páginas uno puede recoger todos “los sentimientos, recuerdos y vivencias que el vino despierta” a través de su visión poética.
Además el libro muestra una colaboración conjunta, en este caso son su pareja, Ellen de Vries, a través no solo de los viñedos, sino también de la poesía, ya que Senderos del vino es una edición bilingüe, escrita en castellano y neerlandés, ya que el volumen va más allá de ser solo un libro de poemas, ya que pretende “llevar al lector a conocer el camino personal que se ha hecho para realizar el proyecto de la bodega en Ines”, esta pequeña localidad del municipio de San Esteband e Gormaz. Se trata de una apuesta por el terruño y especialmente por la España rural y vaciada, que pretende “animar a cualquier a acometer sus proyectos, ideas e inquietudes, aunque el camino esté lleno de piedras”. Una historia de motivación e ilusión que se puede beber en cada copa y saborear también en cada poema.
Aranda ha creado esta nueva obra “para la bodega, para el proyecto” y de hecho muchos de sus poemas son los que cuelgan de las paredes de Aranda de Vries, la bodega que el visitante encuentra a la entrada de Ines, demostrando que “poesía y vino hacen un buen maridaje”.
Es la primera vez que el autor lanza una edición en dos idiomas que representan, en su caso “las dos culturas”, en neerlandés y castellano, para rendir honor a ambos países y culturas y por supuesto a los socios de Círculo Magenta, que forman parte del vino Dualidad que comercializan en la bodega.
Dualidad es precisamente el título del primer poema que refleja ese misterio que combina vino y arte, como dice Aranda “simbiosis de una vida”. A lo largo del poemario hay numerosas referencia a la cultura enológica, como a las copas, al color rubí del tinto, a elementos de vendimia o trabajo en bodega como el sacacorchos, la botella, el tonel, la despalilladora o el corcho, así como a los momentos que evoca este vino como lanzar un brindis, especialmente en compañía de alguien o la cata.
Carlos Aranda es un artista multidisciplinar ya que, además de la poesía es también pintor y muestra de ello se pudo ver reflejado en la presentación de este nuevo trabajo, donde junto con la lectura de poemas, se podía contemplar una exposición de cuadros del autor e incluso una degustación del vino que elaboran en la bodega.
El nuevo trabajo está editado por la asociación La Pluma de El Burgo de Osma, con la que colabora en su revista y cuenta con unas cien páginas llenas de versos.
Carlos Aranda nació en 1943 y desde hace años reside en este pueblo soriano junto a su compañera, Ellen de Vries, donde además de crear obras de arte trabajan en proyectos como el cuidado de una viña y su bodega.