En estos tiempos en que nos han obligado a quedarnos en casa y donde nuestros músculos han comenzado a pasar la factura de tanto tiempo de vida sedentaria, opciones como la de Territorio Rampinge se hace todavía más atractivas, porque nos permiten disfrutar del deporte al aire libre, sin alejarnos mucho de casa.
Aunque cuando uno piensa en la modalidad deportiva que proponen Otero de Pablo y Nuria Sanfrutos, jóvenes emprendedoras en el medio rural, el viaje casi está garantizado, porque han montado una empresa de turismo activo que, entre otras propuestas, enseñan el territorio a través de la realización de rutas nórdicas.
Es verdad que han proyectado su negocio en la localidad de Castillo de Sepúlveda, cercano a las segovianas Hoces del Duratón de donde son naturales, pero la cercanía con la provincia de Soria les ha llevado a buscar nuevas rutas y senderos por nuestra provincia para que los visitantes y vecinos de la zona puedan disfrutar no solo del deporte sino también de un paisaje extraordinario.
Son unas heroínas ya que ni el confinamiento ni la crisis les ha frenado sus ganas de levantar este proyecto que se divide en dos grandes áreas. Por un lado, pensado de lunes a viernes cuentan con una escuela donde se imparten clases de marcha nórdica y de cara al fin de semana lanzan sus rutas variadas para disfrutar de naturaleza y deporte.
Las rutas comienzan con un pequeño curso de iniciación a la marcha y después se eligen las distintas rutas en función del nivel deportivo de cada uno de los participantes. Pero van más allá, porque también han planteado rutas para que se puedan finalizar con una degustación de productos locales y que así se sumerjan en la gastronomía local, aunque esta parte está parte por el cierre de la hostelería a causa de la pandemia.
Se trata de una apuesta ideal para estos tiempos porque “es todo al aire libre y son recorridos circulares que todo el mundo puede hacerlo, porque solo hace falta saber caminar”, explica Otero. En el caso de los más pequeños lo ideal es que lo hagan a partir de los ocho o diez años, cuando su coordinación está más desarrollada.
Las rutas pueden variar de distancia y dificultad, pero las clásicas son rutas de cuatro kilómetros, caminando una hora, o de 11 de kilómetros, con escaso desnivel y por tanto fáciles.
Pero además ofrecen otras experiencias como disfrutar del atardecer desde distintos parajes naturales o realizar una ruta totalmente nocturna, con frontales, que ofrece “una sensación muy curiosa”, afirman y proyectos de rutas por viñedos, como avanzan pensando en lugares cercanos como Soria.
Su proyecto es un claro homenaje a sus raíces y al medio rural, porque cuando eran niñas comenzaron a ir al pueblo familiar y allí estas dos primas se hicieron además grandes amigas, comenzaron a disfrutar mucho del deporte y de entorno natural. Con el paso de los años la vida les llevó a Madrid, pero ahora han apostado por regresar el pueblo y poner a su empresa el nombre de un paraje de la zona y poner en marcha un proyecto que cubriese la ausencia de actividades de ocio y deporte de la comarca. Y así surgió esta marcha nórdica que en ciudades como Madrid están muy de moda porque compaginan deporte, aire libre y aunque “parece que no haces esfuerzo estás caminando y haciendo gimnasia”, explicó Otero mientras cuenta cómo lo han trasladado a Castilla y León.
Tanto Otero como Nuria son instructoras de marcha nórdica y además cuentan con estudios de TAFAD, necesarios para poner en marcha, en Castilla y León, un negocio de turismo activo.
Seguramente este verano será una gran apuesta para el territorio rural, como oferta complementaria al turismo rural y como ellas explican, se pueden desplazar a la provincia de Soria para poder hacer rutas y talleres a todas las edades, porque aunque ahora se han enfocado en adultos, Territorio Rampinge no ha hecho más que nacer y tiene un largo recorrido.