Marta Moreno Moreno tiene 31 años y ha logrado cumplir su sueño de volver a San Esteban de Gormaz, su pueblo, después de los estudios, para hacer del deporte una forma de vida y contagiar a las nuevas generaciones de los valores de la práctica deportiva.
Estudió Magisterio por Educación Física y realizó un máster en Educación Primaria que le ha llevado a conocer el mundo del deporte y su aplicación a la población general, especialmente a los más pequeños.
“Siempre he tenido claro que me gustaba San Esteban y que quería vivir aquí”, explica una joven deportista que además reconoce que “había estudiado algo que creo que tiene cabida en un pueblo”. Por eso cuando decidió, hace 5 ó 6 años regresar a su pueblo, comprobó que había “una carencia” que ella ha intentado suplir con imaginación y optimismo, y por eso apostó por montar una empresa para “ganarme la vida”, ofreciendo deporte en momentos de ocio y haciendo disfrutar a los participantes de las ventajas saludables de la educación física.
“La respuesta de la gente ha sido positiva y yo estoy agradecida y ellos también, esto es recíproco”, asegura esta emprendedora que ahora está al frente de la asociación La Escalera, recogiendo el testigo de Roberto Miranda, después de 25 años al frente de esta entidad que entre otras actividades, ha organizado durante años el Campus Joaquín Caparrós, una actividad que este año ha aplazado el COVID. “Este año por la situación tan surrealista no se ha podido abrir la Escuela Hogar y nos hemos reinventado, sacando un campus urbano”, explica Marta Moreno, quien agradece la ayuda del Ayuntamiento que ha cedido la carpa para una actividad que comenzó el lunes “y está saliendo muy bien”.
Adaptados a un verano que “es diferente”, desde el campus han intentado “transmitir desde el minuto uno que dentro de esta nueva normalidad queremos pasarlo bien”, por eso han marcado pautas y protocolos para garantizar la seguridad y hacer “que sea una rutina llevadera y que los niños se lo pasen bien”
En esta primera semana han contado con 22 niños que están disfrutando de las actividades y les gusta tanto que muchos ya se han apuntado para repetir otras semanas, de hecho para el lunes ya cuentan con 30 niños. Marta Moreno está al frente de un equipo de 7 personas, un número alto, que este año es fundamental para mantener la distancia de seguridad, echar desinfectante, limpiar los baños después de cada uso y ser capaces de mantener la seguridad de los pequeños.
Pero Moreno no solo dedica el verano al deporte, es su medio de vida, desde que comenzó con su pequeña empresa a través del atletismo y después con el pádel, y posteriormente las actividades predeportivas para niños de 3 a 6 años donde observó que había un vacío, de hecho este año ha contado con 85 niños. Pero su oferta se amplía también a más mayores, decidió invertir en bicicletas de ciclo indoor (spining) y mantiene una sala en San Esteban de Gormaz y otra en Ayllón.
Además trabaja durante unos meses con la Federación de deporte adaptado, que le permite conocer la realidad de las personas con necesidades especiales, en los que ha pensado mucho durante el confinamiento, porque tienen muchas necesidades como clases o fisios con los que no han podido contar, por eso sabe que hace falta mucha más sensibilidad. Para romper con el desconocimiento organizó hace un año en San Esteban una carrera y unas charlas con el Huracán, para ayudar a empatizar a la población.
Ahora está inmersa en el verano, peor piensa en el nuevo curso, Marta Moreno se define como positiva, a pesar de haber pasado el 13 de marzo de 100 a 0, pero en junio pudo recuperar las clases extraescolares con los más pequeños y confía en que octubre, “con medidas” se pueda volver a hacer deporte, “nos tenemos que reeducar todos y hay que empezar a vivir con ello”, asegura, poniendo ejemplos como alejar las bicicletas o siguiendo muchas pautas de seguridad, como hizo con los más pequeños en el retorno, después de cuatro meses confinados y donde necesitaban jugar con otros niños y alejarse de las pantallas. “En esta nueva era no te puedes tocar, pero es una etapa importante para que los niños socialicen”, añade.