· Habitantes censados:
90
· Superficie:
3085 hectáreas
· Altitud:
873 metros
· Gentilicio:
rejanos
· Página Web:
http://www.rejasdesanesteban.es (Mª Isabel Heras)
· Industria:
cultivos de trigo, cebada, centeno, girasol y viñas. Ganadería lanar y
porcino de cría.
· Vegetación:
roble, sanguinaria, saúco, tomillo, espliego, salvia, ruda, manzanilla y
té.
· Fiestas principales:
13 de Junio San Antonio. 25 de Agosto San Ginés, trasladada del 25 de
Octubre.
· Otras fiestas y
tradiciones: bendición de campos, el día de Santa Mónica, desde el
"alto del Castillo"; la bendición de las viñas se hace desde
"el Pontón". Pingan el Mayo el primero del mes de Mayo. Existe
la cofradía de la Vera Cruz, existió también la que se llamó cofradía
del Señor. Hacenderas, aquí nombradas caminos, varios días al año, por
ejemplo, en Martes de Carnaval, con merienda después en comunidad de
chorizo y vino de la cosecha que regalaba el ayuntamiento. Por San Antonio
enramaban las casas de las mozas. Encendían hogueras por Santa Mónica y
San Isidro.
Pagaban el piso, y aun se paga la entrada a mozo. El baile de esta villa
es La Rueda.
· Guiso típico:
güeña de la matanza.
Generalidades
En Rejas encontraremos la Iglesia de San Martín, de mampostería, con ábside románico; en su interior se venera una imagen del siglo XII, de Nuestra Señora de la Guía, cuya fiesta se celebra el 8 de Septiembre, y pinturas románicas del siglo XII
Recomendamos un paseo por el pueblo hasta llegar al mirador desde donde se divisa la iglesia construida sobre risco y el paraje "El Hondo", salpicado de viñas, bodegas y lagares que gozan de una buena reputación merecida.
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Para realizar esta sección se ha utilizado buena parte del libro «Soria Pueblo a Pueblo», de Mª Isabel y Mª Luisa Goig Soler. En él, con algo de primor femenino, las hermanas Goig Soler se han acercado a los diminutos y dispersos pueblos buscando en ellos no la gran estadística sino el latir aldeano, recogiendo las cosas que dan lustre y distinción a tanta aldea y villorrio: aquí algún chascarrillo, allí viejos romances o leyendas, acullá recetas o sucedidos. Basta cotejar la extensión dedicada a cada núcleo para constatar que no se han primado los lugares comunes sino que, con frecuencia, el lugarejo más inopinado ocupa más espacio que la cabecera de comarca.