· Habitantes censados: 44 · Superficie: 1874 hectáreas · Altitud: 910 metros · Gentilicio: inesinos · Página WEB: http://www.villadeines.tk (por Jorge Soriano) · Industria: todo el cereal; girasol. Ganado lanar. Colmenas trashumantes. Viñas. Aunque existe un canal de riego, que pasa por el término, y al cual se le denomina "Canal de Ines", no riegan con él. |
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· Flora y fauna: enebro, pino, chop; tomillo, salvia, espliego (lo destilaban), aliaga, ajedreay madreselva. Jabalí y corzo (lo llaman cabra montesa). Discurren el río Duero y el arroyo Ribera.
· Fiestas principales: El 20 de agosto, en honor de la Virgen de la Blanca; el 21 de agosto en honor a San Roque, y al día siguiente es tradición que todos los habitantes del pueblo vayan a comer a la Ermita.
· Otras fiestas y tradiciones: el 5 de julio se celebra La Soledad. Sigue vigente la cofradía de la Vera Cruz. Encendían luminarias en Carnaval. Enramaban las casas de las mozas al amanecer del 5 de julio. Pagaban la entrada a vecino cuando contraían matrimonio: llamaban a concejo, invitaban a comer al alcalde y alguacil, y entregaban a los vecinos el painazgo. El Domingo de Ramos nombraban a los mayordomos y mayordomas encargados de la celebración de la Semana Santa y remataban el sacar a las imágenes de la iglesia.
· Guiso típico: el cocido castellano.
En Ines se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, quemada por un rayo en mayo de 1974, con el mobiliario y pendones que se hallaban en su interior; sigue sin restaurar. También encontramos la Ermita de la Virgen de la Blanca. Se conservan bodegas y lagares. También restos de palacio con torreón, propiedad que fue de los duques de Frías. El rollo o picota no se conserva; se hallaba instalado en un placita donde bailaban en fiestas y celebraban reuniones, y como molestaba, lo quitaron; en su lugar plantaron un árbol. En Ines había molino y posada.
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Para realizar esta sección se ha utilizado buena parte del libro «Soria Pueblo a Pueblo», de Mª Isabel y Mª Luisa Goig Soler. En él, con algo de primor femenino, las hermanas Goig Soler se han acercado a los diminutos y dispersos pueblos buscando en ellos no la gran estadística sino el latir aldeano, recogiendo las cosas que dan lustre y distinción a tanta aldea y villorrio: aquí algún chascarrillo, allí viejos romances o leyendas, acullá recetas o sucedidos. Basta cotejar la extensión dedicada a cada núcleo para constatar que no se han primado los lugares comunes sino que, con frecuencia, el lugarejo más inopinado ocupa más espacio que la cabecera de comarca.